Pensamos que internet es una nube etérea. La realidad es que es una red masiva de centros de datos gigantescos.
Y esa infraestructura tiene un apetito voraz.
Un dato para entender la escala:
La huella de carbono de internet y sus sistemas asociados ya es comparable a la de toda la industria de la aviación mundial. Y está creciendo mucho más rápido.
Cada video en streaming, cada foto que subes, cada búsqueda que haces, consume electricidad en un servidor a miles de kilómetros de distancia.
Esos servidores necesitan refrigeración constante, consumiendo miles de millones de litros de agua.
No se trata de dejar de usar internet. Se trata de ser conscientes de que nuestras acciones digitales tienen un peso físico. La "nube" no flota en el aire, está anclada a la red eléctrica de nuestro planeta.
¿Eras consciente de esta conexión entre tu actividad online y el consumo energético mundial?